Del 1 al 15 de enero los pilotos y equipos inscritos en la edición 2012 del Dakar se lanzan a cubrir una diagonal que une Mar del Plata, en Argentina con Lima, en Perú, pasando por Chile. Exceptuando la jornada de descanso, programada en la localidad chilena de Copiapó, el cronómetro será un juez inapelable durante 14 duras etapas.
Arranca la edición 2012 del Rally Dakar, la cuarta que se disputa en territorio sudamericano. El itinerario registra algunos cambios con respecto a las tres anteriores, destacando la incorporación de Perú a la nómina de países que visita la carrera. El escenario habitual hasta ahora de la salida, Buenos Aires, ha sido sustituido por Mar del Plata, a unos 400 kilómetros al sur de la capital argentina. Desde allí, la ruta toma rumbo al norte para completar 8.300 km de camino a su punto culminante, Lima, la capital de Perú.
El hecho de que el itinerario no retorne a Argentina y vuelva a completar las rápidas especiales tipo rallye, como ocurrió en las últimas ediciones, cambia notablemente el planteamiento de unos y otros. Así, la nueva ruta otorga una mayor importancia a la capacidad de rodar sobre arena, ya que los participantes deberán completar una última parte superando las dunas peruanas, territorio desconocido para la mayoría.
Deportivamente, la edición 2012 del Dakar supone un punto y aparte. Volkswagen ha puesto punto y final a su programa de raids, optando por no poner sus Race Touareg en manos de una estructura privada, como se barajó en los últimos meses y tras el anuncio de dejar la especialidad. Y es que los alemanes no querían ni dejar que su tecnología pudiera verse por personas ajenas a su departamento de competición oficial ni poner a los victoriosos Race Touareg a merced de una competencia cada vez mejor armada. No podía olvidarse que X-Raid BMW era cada vez un enemigo mejor pertechado y en las últimas ediciones la formación que dirige Sven Quandt había evidenciado una implacable mejoría en competitividad y sus BMW X3 CC ofrecían ya pocas dudas en materia de velocidad. Aún quedaban cosas por hacerse en materia de fiabilidad, aunque está claro que el Dakar es una carrera de fondo y experiencia y los coches de X-Raid estaban cada vez más cerca…
Ausentes los Volkswagen, pues, los hombres de Quandt parten como máximos favoritos. Los representantes más cualificados de la formación alemana disputarán la carrera esta vez defendiendo los colores de Mini, con prototipos que alojan en sus entrañas las mejores y más experimentadas soluciones mecánicas de los BMW X3 CC. Stephane Peterhansel figura en todas las quinielas como máximo aspirante a la victoria. El francés es quien más presionó a los Volkswagen en las últimas ediciones y debería ser el que más se beneficiara de la ausencia de ellos. Eso sí, podría tener el enemigo en casa en la persona del español Nani Roma, que vuelve a acometer un Dakar con opciones más que sólidas de victoria absoluta. Roma contará con un coche como el dePeterhansel y a su vez se las tendrá que ver con el polaco Krzysztof Holowczyc. Un triplete hipercompetitivo que tiene todas las papeletas para contener al ganador del Dakar de este año, sin que dé la impresión que los otros dos pilotos de Mini, el ruso Leonid Novtskiy y el portugués Ricardo Leal dos Santos, vayan a estar en posición de plantar batalla por los máximos honores, con todas las reservas que una carrera como el Dakarimponga a la hora de hacer pronósticos.
La retirada de Volkswagen no ha impedido que dos de los principales protagonistas de la carrera en los últimos años vuelvan a competir en el Dakar. Se trata del vencedor del año pasado, el qatarí Nasser Al-Attiyah y el sudafricano Giniel de Villiers. Al-Attiyah se pasó muchos meses intentando convencer aVolkswagen de que le dejara montar un equipo privado con mecánicos y técnicos del antiguo equipo oficial, aunque Kris Nissen terminó decantándose por derivar todo el personal disponible a la operación del Mundial de Rallyes y no estaba dispuesto a dejar el Race Touareg en otras manos externas a la casa madre, con el lógico temor de que la tecnología por ellos desarrollada terminara en las manos equivocadas. Cuando Nissen tomó la decisión final era ya muy tarde para montar una operación medianamente seria y de golpe y porrazo Al-Attiyah se encontró casi sin opciones de encontrar una montura medianamente competitiva. Pero el ganador del año pasado no se dio por vencido y, con el apoyo decidido de la familia real de su emirato, parientes suyos, logró entrar en la estructura de Robby Gordon, que ha preparado un Buggy Hummer para él. Con la cantidad de desierto que hay este año, más que en las anteriores ediciones, Al-Attiyah quizá no tenga el arma definitiva para defender su corona, aunque lo cierto es que su combatividad y gusto por el espectáculo van a dar mucho de sí sobre el Hummer. Decisión sabia por su parte ha sido hacerse con los servicios deLucas Cruz, ex copiloto de Sainz, para que le acompañe en esta ocasión. Ello garantiza que en su Hummerviaje el cincuenta por ciento de la victoria de las últimas dos ediciones. Menos ambicioso aún es, sin duda, el planteamiento de De Villiers, que se ha inscrito con un Toyota Hilux privado. El coche similar de Overdrive pilotado por Orlando Terranova o el proto Dessoude de Christian Lavieille aparecen como principales “outsiders”, aunque su planteamiento pasa más por la supervivencia y jugar la baza de la solidez, para esperar meterse en el quinteto de cabeza.
Por lo que respecta a los españoles, en un contexto económico como el actual, lo verdaderamente difícil no era para ellos cerrar un proyecto competitivo para competir en el Dakar sino, pura y simplemente, lograr estar en la salida. Cerrado el capítulo Carlos Sainz, con todas las garantías de su capacidad y pertenencia a un equipo oficial, Nani Roma toma el relevo. Además del de Folgueroles habrá que estar pendiente de lo que da de sí la participación de Xavi Foj, aspirante con su Toyota Land Cruiser a la victoria en T2. Con un planteamiento más modesto arrancan el debutante Iván Banaclocha, Ignacio Corcuera o Roberto Irbaz. Al margen de los pilotos, destaca la presencia de navegantes españoles de la talla de Lucas Cruz, acompañante de Nasser Al-Attiyah, Joan Rubí, que va con el argentino Eduardo Amor, o Xavier Blanco, que acompaña al chileno Edmundo Raul Dagnino.
Cortesía.motor.terra.es
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